Desde el punto de vista estructural y práctico, los valores de compresión óptimos en un motor dependen de las siguientes características:
- ciclo de funcionamiento, o sea si es de encendido por chispa (ciclo de Otto) o de encendido por compresión (ciclo de Diesel);
- características del combustible, especialmente la velocidad de combustión y las características de resistencia a la detonación (número de octano);
- tipo y forma de la cámara de combustión que determinan la exigencia de octanaje del motor;
- velocidad de rotación del motor;
- velocidad del pistón.
La relación de compresión en los motores de los coches con ciclo de Otto, con valores de 3:1 y 4:1 a principios de siglo, con el paso de los años ha experimentado un continuo incremento hasta alcanzar valores de 8:1 y 9:1 para los motores de serie y de 12:1 y superiores para las versiones especialmente rápidas; las dificultades que se oponen a compresiones mayores consisten, además de las características de los combustibles, en las que aparecen al construir cámaras de combustión de volumen reducido con espacio suficiente para la apertura de las válvulas y con forma termodinámica eficiente.
Además, es necesario tener en cuenta que el rendimiento térmico del ciclo es máximo para valores de la relación de compresión alrededor de 15:1 a 16:1; no obstante, el incremento del rendimiento para compresiones superiores a 10 es muy reducido, mientras que aumentan notablemente las solicitaciones ejercidas sobre el mecanismo de biela-manivela, los riesgos de detonación y las dificultades geométricas y dimensionales en el diseño de las cámaras de combustión, de manera que no es conveniente crear valores muy elevados.