Tipo de encendido continuo de los motores de ciclo de Otto, actualmente en desuso. Consiste en provocar el encendido de la mezcla poniéndola en contacto con una superficie incandescente. Era empleado principalmente porque evitaba el uso de complicados sistemas de encendido por chispa, que en las primeras construcciones automovilísticas no daba suficientes garantías de fiabilidad.
Uno de los métodos más difundidos consistía en poner en comunicación el cilindro con unos tubos cerrados, compuestos de material refractario, puestos incandescentes desde el exterior mediante una fuente de calor cualquiera (generalmente un pequeño quemador, llamado inflamador o brúleur); la mezcla fresca, por efecto de la compresión, era empujada hacia el interior de los tubos y se inflamaba entrando en contacto con la parte incandescente.
Otro tipo de encendido por incandescencia es el llamado encendido electrocatalítico, porque aprovecha las propiedades de algunos metales (platino y paladio) que actúan de catalizadores, es decir, favorecen la reacción de combinación entre el oxígeno y el combustible, sin intervenir en la misma. Este sistema utiliza un dispositivo especial, llamado también bujía de incandescencia, consistente en un alambre metálico arrollado en hélice, que en el momento del arranque es calentado eléctricamente; una vez en contacto con la mezcla, el alambre permanece incandescente por el calor de la reacción y provoca el encendido.
También se utilizó el encendido catalítico provocado por una malla de platino, que previamente había sido puesta en incandescencia y colocada en un alojamiento de la culata descubierto en el momento oportuno por un obturador.
Todos estos sistemas de encendido cayeron en desuso con el perfeccionamiento del encendido por chispa, que cada vez fue más eficaz e indispensable a principios de siglo. El único ejemplo de encendido por incandescencia empleado en la actualidad aparece en los motores de 2 tiempos para aeromodelismo.