Las rpm son el acrónimo de Revoluciones Por Minuto, es decir, el número de vueltas que da el cigüeñal por cada minuto. Su cifra en comparación con la potencia máxima es importante porque, cuando la potencia se consigue a bajo régimen, el motor proporciona un empuje mayor a bajas velocidades. Es lo que ocurre tradicionalmente con los diésel, que su potencia máxima suele conseguirse a unas 4.000 rpm o menos, mientras que en los gasolina las cifras habituales están entre 5.000 y 6.000 rpm, aunque algunos deportivos pueden llegar a tener valores superiores. Es importante destacar que la culpa, entre comillas, de esta situación la tiene el par motor, puesto que la potencia está directamente relacionada con el par. Por ello lo mejor es ver la definición de par motor y rpm a par máximo.