RETORNO DE LA DIRECCIÓN - Definición - Significado

Fenómeno por el cual el volante y las ruedas tienden a mantenerse rectas o a retornar automáticamente a la disposición de marcha rectilínea, garantizando un comportamiento estable del vehículo.

El enderezamiento de las ruedas directrices es un fenómeno bastante complejo, que está influido por gran número de componentes y de reacciones debidas a los neumáticos y a la geometría de la dirección y de las suspensiones:

- Momento autodireccional del neumático. Es la reacción elástica que se advierte en el volante cuando se trata de virar el vehículo cuando está parado. En las curvas, la deformación de la carcasa respecto a la llanta en la zona de contacto con el suelo da lugar a la deriva. Dejando libre el volante (si no existen otras fuerzas de retorno), la llanta tiende a volver a la zona de la huella anulando completamente la deriva; si existe una fuerza centrífuga, la huella se desplaza hacia atrás generando un momento autodireccional respecto a la llanta.

— Ángulo de incidencia. El ángulo de incidencia del montante generalmente es positivo, es decir, la prolongación del eje del pivote encuentra el terreno delante de la huella. Puesto que las fuerzas de adherencia lateral están aplicadas detrás de este punto, en las curvas se crea un brazo y, por tanto, un momento autodireccional que tiende a conservar la rueda en posición rectilínea; dicho momento crece con la velocidad y con el ángulo de viraje.

- Radio de rodadura. Si, además de caer por delante, la prolongación del eje del pivote encuentra el terreno en la parte lateral de la zona de la huella, se crea un brazo de giro real (radio de rodadura), aunque las ruedas estén rectas. Cuando el brazo es positivo, la resistencia a girar, que es mayor en la rueda exterior (más cargada por la transferencia transversal de carga en curva), genera un ulterior efecto enderezador.

- Cámber y kingpin. Durante el viraje, a consecuencia del ángulo de inclinación de la rueda y de sus pivotes, la rueda se mueve sobre una superficie cónica de eje no vertical. De esta manera, en una posición diferente a la marcha rectilínea, la rueda tendería a bajar por debajo del terreno. Ya que, lógicamente, esto es imposible, el eje delantero se levanta y, consecuentemente, por gravedad, el peso del vehículo contribuye a la alineación de las ruedas al ser viradas. Este momento autodireccional no depende de la velocidad, sino que es consecuencia únicamente de que el brazo de giro sea positivo.

- Influencia del diferencial. En los vehículos de tracción delantera, dado que el diferencial distribuye el par entre las dos rueda.i motrices en partes no matemáticamente iguales, a causa de su rendimiento interno siempre inferior a la unidad, el par mayor se descarga sobre la rueda más lenta (en el interior en la curva); si el radio de rodadura es positivo, la rueda interior es arrastrada hacia delante con mayor fuerza que la otra rueda, provocando de esta manera el retorno del volante.

La tendencia actual, especialmente en los vehículos de tracción delantera, es reducir el radio de rodadura y los ángulos de incidencia a valores muy bajos. De esta manera, el factor que más influye para el retorno de la dirección es el debido a las acciones entre neumático y suelo a consecuencia de los esfuerzos de tracción.

Cualquier variación, aunque sólo sea para una rueda, de los parámetros descritos conduce a un retorno diferente del volante en función de que se vire hacia la derecha o hacia la izquierda. Además, al popularizarse y ampliarse el uso de los neumáticos radiales se ha acentuado la influencia de la posición de la huella y las posibles diferencias de su forma entre el neumático derecho y el izquierdo al existir un desgaste irregular. De hecho, en este caso, los radios de rodadura asumen valores bastante diferentes, incluso con un eje delantero completamente equilibrado.