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RETENES - Definición - Significado

Los retenes son las piezas del automóvil destinadas a mantener la lubricación y obtener la impermeabilidad al agua y al polvo en los órganos mecánicos más solicitados y delicados, especialmente del motor, del cambio y del diferencial, de los cojinetes, de las ruedas, etc.

En los primeros tiempos del automovilismo estos resultados se conseguían con un sistema de prensaestopas de caucho o de cuero, o bien con fieltros de tipo especial que más tarde fueron substituidos por retenes de tipo Corteco de cuero o de caucho y posteriormente por juntas de caucho sintético, cuyos componentes son estudiados muchas veces específicamente para el empleo a que son destinados. Existen dos importantes categorías de retenes: radiales o frontales para árboles rotatorios, y toroidales (llamados también Oring) para retenciones entre elementos fijos o con movimiento en sentido axil o incluso rotatorio, pero con velocidades relativamente bajas.

Los primeros están constituidos por un labio de arista que se mantiene en contacto con la parte rotatoria (generalmente un árbol) por la acción combinada del caucho y de un muelle anular. El labio es vulcanizado en el interior de un recipiente metálico.

La retención a lo largo del perímetro del agujero de alojamiento se realiza directamente por medio del montaje forzado de la caja metálica en el alojamiento.

Otros tipos de retenes están armados con un anillo de acero que hace las funciones de la arandela rígida; en este caso el revestimiento de caucho vulcanizado realiza la retención en el alojamiento y al mismo tiempo elimina los peligros de rayado de los alojamientos y facilita la adherencia contra las paredes.

La retención sobre la parte rotatoria se produce entre las paredes en contacto, es decir, el labio de retención y la superficie anular del árbol correspondiente. Entre éstas actúa la fuerza de retención, o sea el esfuerzo ejercido por el labio del retén sobre el árbol. En el proceso de retención, además de la anchura de la superficie de contacto influye la forma superficial, o sea la diferencia de la configuración circular. Además, puesto que muchas veces existe una condición de rozamiento mixto, tienen también mucha importancia los materiales de ambas superficies de retención. Cuando existe movimiento, las diferencias entre el perfil y el labio del retén y la incapacidad de éste (debido a su ciclo de histéresis) para absorber, deformándose, las excentricidades del árbol dan lugar a la formación de un intersticio de naturaleza hidrodinámica, cuyo espesor aumenta con el número de revoluciones. La retención en este punto se produce a través del intersticio dqbido a las fuerzas de capilaridad, que dan lugar a la formación de un menisco sin que el fluido se salga. Si el intersticio aumenta excesivamente, la fuerza capilar no es ya suficiente y se producen pérdidas de fluido. De manera análoga, cuando se moja el árbol por la parte exterior del retén, puede destruirse la tensión superficial y no existe retención. Los retenes pueden estar dotados de un labio suplementario guardapolvo; los espacios vacíos del retén se llenan con una grasa especial. Otros tipos de retenes (llamados de laberinto) llevan, en la superficie de deslizamiento, unas acanaladuras en forma de hélice cónica, que cuando existe movimiento rechazan hacia atrás el fluido.

En el proceso de retención influyen otros numerosos factores, entre los que bastará recordar: el ambiente, las condiciones de funcionamiento, el material y el diseño de los retenes, el montaje, el envejecimiento, el encolado producido por períodos de inactividad, las vibraciones, el desgaste por el roce, los efectos del calor, etc.

Los retenes toroidales han encontrado un campo de aplicación muy amplio desde 1940. Se trata de anillos de sección circular (de caucho o elastómeros), que se montan en un alojamiento adecuado y realizan la retención deformándose bajo el aplastamiento producido por las paredes del alojamiento y, al mismo tiempo, por la compresión causada por el fluido. Debido a su sencillez y consistencia, estos retenes son muy seguros y encuentran aplicación tanto en condiciones estáticas como en condiciones dinámicas.

Sin embargo, es conveniente recordar que en los motores los retenes toroidales no se emplean en los órganos con movimiento rotatorio, sino de traslación o alternativo; por tanto, se utilizan en los mandos hidráulicos: bombas, cajas de distribución, centralitas hidráulicas para cambios automáticos, cilindros de frenos, etc.

Los materiales empleados para estos dos tipos de retenes son generalmente elastómeros con base nitrílica (Buna N, Perbunan) de distinta dureza. En casos especiales, se usan también cauchos al flúor (Viton-DuPont), al neopreno y a la silicona. Las cajas y los muelles de los retenes para árboles rotatorios se construyen generalmente de acero, de bronce y, en casos especiales de acero inoxidable.

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