Proceso petrolífero que reforma, es decir, transforma una gasolina de número de octano bajo en otra con número de octano elevado.
Este incremento del poder antidetonante de la gasolina se obtiene mediante la transformación de los hidrocarburos parafínicos y nafténicos, que poseen números de octano bajos, en hidrocarburos aromáticos con números de octano altos. Además, algunas parafinas de cadena lineal o poco ramificada se transforman en parafinas más ramificadas, que son más resistentes a la detonación. Por tanto, el reforming mejora la calidad de la gasolina que se obtiene directamente del petróleo crudo.
Como subproducto, el reforming produce hidrógeno, que es indispensable para muchos procesos, como la refinación del keroseno, el gas-oil y los aceites lubricantes.
La mayoría de las refinerías europeas producen gasolina únicamente mediante los procesos de topping y reforming.
Existen dos tipos de reforming: térmico y catalítico. El primero actúa por efecto de la temperatura y está casi anticuado. En el segundo, las reacciones de transformación se producen por efecto de catalizadores (platino, paladio, sílice y alúmina).
El proceso de reforming se emplea, asimismo, para la obtención de hidrocarburos aromáticos tales como el tolueno y los xilenos, que encuentran aplicación en la industria de los materiales plásticos y en la de los disolventes y pinturas.