En la denominación de luces, en su concepción más general, se incluyen todos los dispositivos destinados a la iluminación o señalización interior y exterior del automóvil. Según esto, es fácil establecer una distinción entre las luces, atendiendo únicamente a su ubicación con respecto al vehículo, clasificándolas en luces interiores y luces exteriores.
Las luces interiores son todos aquellos dispositivos de iluminación que, con funciones diversas, están destinados a señalizar, localizar o iluminar partes u órganos del vehículo que se encuentran en el interior de su habitáculo o en los alojamientos del motor o de los equipajes.
Las lámparas empleadas, su intensidad o potencia, su color, etc., son parámetros que no están perfectamente definidos aunque, en la mayoría de los casos, los fabricantes de automóviles siguen una pauta que, con el uso, se ha convertido en una norma de casi obligado cumplimiento, cabiendo resaltar el empleo del color rojo en las luces que sirven para avisar o indicar al conductor el funcionamiento deficiente de diversos órganos, fundamentales o auxiliares, del vehículo.
Dentro de la diversidad de luces interiores, cabe distinguir 3 grupos, bien diferenciados entre sí por la función que desempeñan: luces de señalización, luces de localización y luces de cortesía. Naturalmente, al no estar establecido de forma oficial el empleo de las luces interiores de los vehículos, depende casi exclusivamente del fabricante el que un automóvil esté equipado con mayor o menor número de ellas y, por lo general, se puede afirmar que está mejor equipado aquel vehículo que más precio tiene en el mercado.