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CINTURÓN DE SEGURIDAD - Definición - Significado

Accesorio que tiene la finalidad de mantener al conductor y a los pasajeros de un vehículo, sujetos a sus asientos de tal modo que, en caso de choque, no sean despedidos contra las estructuras del habitáculo.

El cinturón de seguridad suele estar constituido por dos o más cintas de tejido muy resistente (las normas de homologación prescriben que las cintas deben resistir una carga de 1.500 kg) y de longitud adecuada, fijadas con bridas a los anclajes convenientes dispuestos en la carrocería. Una hebilla especial permite el enganche rápido del cinturón, mientras el desenganche se efectúa rápida y simplemente mediante dispositivos de palanca o de pulsador, comprendidos en la propia hebilla.

Los cinturones pueden ser de diferentes tipos:

- abdominales (dos puntos de sujeción con el suelo):

- de bandolera o diagonales, que sujetan transversalmente el tórax (un punto de sujeción con el suelo y otro en el montante central, o en la parte superior de los costados si se trata de vehículos de dos puertas);

- de tres puntos, que unen las cualidades de los dos anteriores;

- de cuatro puntos, que sujetan el abdomen y los hombros;

- de seis puntos, completamente semejante a los equipos de los pilotos aeronáuticos, que sujetan incluso las piernas.

Todos los tipos pueden ir dotados de sistemas de enrollamiento automático, que permiten los movimientos desarrollados lentamente, pero que tienen un dispositivo de bloqueo por inercia que entra en acción en el caso de frenazos o deceleraciones bruscas.

Los primeros cinturones aparecieron a principios de siglo; eran de cuero, se sujetaban a la armazón de los asientos, y se cruzaban o enganchaban mediante hebillas corrientes, alrededor del tórax. A partir del primer momento, los automovilistas mostraron su desagrado por esta clase de precauciones, impidiendo así su difusión. Sin embargo, hacia el final de los años cincuenta, el aumento del número de coches en circulación y, como consecuencia, del de accidentes, hizo que volvieran a la actualidad los cinturones de seguridad, proponiéndose, primeramente, el uso de los abdominales, según el diseño ya experimentado de los aviones de línea.

Suecia reivindica el mérito de haber implantado el uso de los cinturones de seguridad. En el año 1956, por invitación de la dirección de carreteras de Suecia, preocupada por la integridad física de los conductores de vehículos pesados empleados en la construcción de diques, la industria de accesorios propuso numerosos tipos de cinturones, pero hasta 1961 no empezaron a aparecer cinturones de seguridad de tipo abdominal en muchos automóviles suecos y se Implantaron como obligatorios en aquella nación. El ejemplo sueco fue seguido rápidamente por Alemania Oriental, Dinamarca y Checoslovaquia. En 1967 se hizo obligatoria en Gran Bretaña la presencia de cinturones de seguridad en los automóviles que salían de fábrica.

En la actualidad, puede decirse que la instalación de cinturones de seguridad y su utilización, especialmente en los asientos delanteros, se ha ido difundiendo en los países con parque de circulación notable, si bien las normas de homologación y las características legales de obligatoriedad varían según las diversas naciones.

Hay que anotar que en los Estados Unidos los cinturones de seguridad se montaban ya en 1964 con carácter opcional, en los coches de serie; sin embargo, los clientes que no los deseaban podían hacerlos retirar y reclamar el reembolso de su importe.

Los cinturones abdominales han sido los más difundidos, por no limitar excesivamente los movimientos y presentar cierta facilidad de montaje; sin embargo, no ofrecen suficiente protección para el tórax y la cabeza en caso de choque.

El tipo de bandolera garantiza mejor protección que el abdominal, pero permite al pasajero escurrirse hacia abajo, con el relativo peligro de estrangularse.

El cinturón de tres puntos ofrece mejor protección, pero, lo mismo que el tipo anterior, presenta diversos inconvenientes: superficie pequeña de contacto sobre el pecho y, por tanto, presión elevada, distribución asimétrica de fuerzas sobre el pecho, trayectoria del cuerpo mal definida, rotación peligrosa de las vértebras, cuerpo mal sostenido en caso de choque lateral.

Actualmente, el mejor cinturón de seguridad del mercado es el de cuatro puntos, llamado de tirantes, utilizado también en los coches de Fórmula 1; su poca difusión se debe a que limita mucho los movimientos de los pasajeros y reduce el espacio de los asientos traseros.

A pesar de estas diferencias de comportamiento, todos los cinturones de seguridad son capaces de salvar numerosas vidas en caso de choque. La Volvo, primera fábrica europea que montó en serie los cinturones de seguridad, realizó un estudio minucioso sobre unos 30.000 accidentes, que demuestran que, sin cinturón, velocidades de choque de 20 km/h pueden ser mortales, y que, por debajo de los 97 km/h, el uso de los cinturones (en los casos examinados eran del tipo de tres puntos) ha evitado accidentes mortales. El porcentaje de casos en los cuales el cinturón ha sido un estorbo y ha provocado lesiones mayores (casos de incendio, caída de agua, etc.) ha resultado totalmente despreciable. En 1971 se hizo obligatorio en los Estados Unidos un sistema que fuerza a los usuarios a utilizar el cinturón. Este sistema está constituido por un elemento sensible, colocado en el interior del asiento, que registra el peso del pasajero y envía una señal a una centralita; cuando el motor arranca, entra en funcionamiento una luz intermitente que invita a enganchar el cinturón. Cuando la invitación no es obedecida y el conductor introduce una marcha, entra en funcionamiento una alarma sonora muy molesta. Sin embargo, los automovilistas más perezosos pueden abrochar el cinturón y colocarlo detrás de su espalda; por esta causa, los legisladores de Estados Unidos pidieron la adopción de un sistema de protección de tipo pasivo a partir del 15 de agosto de 1975. Se entiende por sistema de protección de tipo pasivo, el que no requiere ninguna acción manual por parte del pasajero para entrar en acción.

Además del automatismo de la colocación en posición del cinturón, estos sistemas comprenden un mecanismo de absorción de energía insertado en los propios cinturones. Algunos fabricantes han situado dicho captador de energía sobre la banda del cinturón que van cediendo progresivamente bajo la carga.

A pesar de los esfuerzos por construir sistemas de protección pasivos, el cinturón de seguridad de tres puntos, o mejor de cuatro, sigue siendo la única solución válida para reducir las consecuencias de los accidentes. Baste pensar que, en el caso de colisión a velocidades inferiores a 55 km/h, la probabilidad de muertes o heridas graves es 6 veces inferior utilizando el cinturón de seguridad.

Es de notar que el 96% de choques frontales, con la consecuencia de internamiento en hospitales de uno al menos de los ocupantes de un coche, se produce a velocidades de choque inferiores a 55 km/h.

Todos los estudios efectuados coinciden en apreciar que la utilización del cinturón, incluso en los desplazamientos urbanos, puede reducir al 50 % el número de muertos.

La utilidad de los cinturones puede evidenciarse examinando la dinámica de un choque a 80 km/h sin la protección del cinturón de seguridad; al cabo de 0,039 s, el conductor y su asiento avanzan 15 cm; a los 0,044 s, aquél choca violentamente contra el volante; 0,068 s después embiste contra el tablero; a los 0,092 s embiste de cabeza contra el parabrisas; a los 0,100 s rebota hacia atrás y puede considerarse ya como muerto; a los 0,113 s, el pasajero situado detrás le proporciona un nuevo golpe y a los 0,200 s, los ocupantes del vehículo resultan muertos. En cuanto al pasajero sentado al lado del conductor, no tiene ni siquiera la posibilidad de ser frenado por el volante de un modo u otro; rompe el parabrisas con la cabeza y resulta proyectado fuera del coche.

Para eliminar todas las desconfianzas de los automovilistas respecto a los cinturones de seguridad, podrían servir los ejemplos ofrecidos por los conductores acrobáticos, que salen indemnes de entre sus coches, gracias a los cinturones de seguridad y a los cascos.

En el campo deportivo, el uso de los cinturones de seguridad de cuatro puntos lo hicieron imprescindible los reglamentos para todos los tipos de vehículos, en tanto que, para los coches de los grupos 5, 6 y 7, son obligatorios desde el 1.° de enero de 1974, los cinturones de seis puntos.

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