Utilizando los sensores de ángulo muerto, la alerta de tráfico trasero (RCTA) reduce el riesgo de colisión con vehículos que se aproximan al maniobrar marcha atrás en zonas estrechas y de escasa visibilidad. El RCTA emplea sensores para realizar un escaneado de 180º y advertir visual y acústicamente al conductor de la presencia de vehículos próximos.