Con dicha expresión se indican los métodos que aprovechan la energía solar para producir trabajo y, en el caso específico de los vehículos, para producir la energía eléctrica necesaria para su propulsión.
Este sistema ha sido adoptado universalmente para suministrar la energía eléctrica necesaria a los vehículos e instrumentos espaciales.
La conversión de la energía solar en energía eléctrica mediante baterías de células fotoeléctricas se encuentra condicionada por el rendimiento de las células, la disponibilidad de amplias superficies y, evidentemente, la intensidad de la radiación.
Una gran empresa norteamericana fabricante de equipos electrónicos realizó en 1960 un prototipo de automóvil eléctrico con baterías cargadas mediante células solares. Dicho vehículo consiste en una réplica del Baker eléctrico de 1912, con un panel formado por 10.640 células y situado en el techo. Éste es capaz de producir en 10 h de exposición la energía necesaria para 1 h de marcha.