Originalmente, era cierta cantidad de carburante destinada a ser utilizada una vez agotada la contenida en el depósito. Posteriormente, se utilizó la última porción de gasolina del depósito, recurriendo a varios dispositivos de alimentación.
El sistema empleado más corrientemente consistía en un grifo capaz de conectar el sistema de alimentación con dos tomas del depósito situadas a niveles diferentes; otro método más simple consistía en variar la altura de la toma.
La reserva ha perdido importancia a consecuencia de la cada vez mayor facilidad de repostar el carburante; en los vehículos modernos suele existir una luz de señalización conectada al indicador del nivel del carburante, que se enciende cuando éste desciende por debajo de un determinado límite (un 10-20 % de la capacidad del depósito), o bien, la indicación consiste únicamente en un sector colorado sobre el cuadrante del propio indicador.