Cuando la presión en la cámara de gas aumenta, la membrana es empujada hacia abajo y el balancín cierra la entrada por medio de la válvula. La presión del gas queda equilibrada en la membrana gracias a la presión atmosférica y al esfuerzo del muelle.
Disponiendo de un reductor de revoluciones, que puede situarse a la salida del cambio de velocidades, es posible duplicar el número de marchas. Este artificio se halla muy extendido entre los vehículos industriales y para todo terreno con el fin de obtener una amplia gama de marchas que puede utilizarse en función de la carga, la pendiente y el tipo de recorrido.
Convencionalmente, las marchas que se obtienen con el dispositivo conectado reciben la denominación de marchas reducidas.