Órgano mecánico que sirve para unir entre si dos árboles giratorios con el fin de transmitir un par motor. A diferencia de los embragues, las juntas representan una unión permanente, tanto mecánica como hidráulica o electromagnética.
En el sector automovilístico se emplean preferentemente las juntas de tipo mecánico, que, esencialmente, se clasifican en:
- juntas rígidas a la torsión, que pueden subdividirse en juntas rígidas, juntas para pequeños desplazamientos axiles y juntas articuladas (de Cardan, homocinéticas, etc.);
- juntas de torsión (antisacudidas), que pueden estar construidas de diferentes formas y materiales (de caucho, con muelles, de cinta metálica), pero que siempre son de tipo elástico; frecuentemente, con la denominación de «juntas elásticas» se entienden tanto las juntas de flexión como las rígidas a la torsión.
Cada junta presenta un problema mecánico particular. Generalmente, los problemas más comunes son los que plantean el ángulo de funcionamiento entre los ejes de los árboles y las fuerzas centrífugas originadas por excentricidades de montaje. Para las juntas elásticas, el problema más grave lo constituye la resistencia a la fatiga.
Las juntas, salvo las articuladas, no requieren lubricación ni mantenimiento especiales; sin embargo, están sometidas a desgaste y requieren controles para verificar la necesidad de su substitución. Un desgaste excesivo es causa de irregularidades de transmisión, vibraciones y pequeños choques que se advierten de forma especial en los arranques y cuando el vehículo funciona con el motor arrastrado.
Unas juntas de tipo especial son las de seguridad, que interrumpen la unión cuando el par transmitido supera un valor determinado; en los automóviles no encuentran aplicación, ya que el embrague ya es una junta de seguridad.