Término con el que se indica la aplicación de lubricantes y de algunos compuestos que contienen grafito.
En el sector automovilístico, por grafitado se entiende más exactamente la operación consistente en distribuir aceite grafitado en las ballestas del coche. Esta operación se amplía generalmente a todos los bajos de la carrocería con la función de proteger las superficies al presentarse fenómenos de oxidación.
El grafitado es perjudicial cuando las ballestas poseen capas de material plástico interpuestas entre las hojas, puesto que las substancias oleosas tienden a alterar las capas de material plástico que constituyen de por sí un sistema de lubricación permanente. Además, se ha de tener en cuenta que para la protección de los bajos de la carrocería existen productos mucho más eficaces que un simple aceite grafitado.
De todos modos, el término «grafitado» es empleado aún impropiamente para esta operación de protección, aunque en muchos casos se utilizan productos que ni siquiera contienen trazas de grafito.