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EXPORTACIÓN - Definición - Significado

Antes de la segunda guerra mundial, los EE.UU. era el principal país exportador • El paso de Alemania al primer puesto mundial • La escalada del Japón • La entrada de España en el grupo de países exportadores

La exportación de automóviles es una actividad ligada lógicamente a la producción. La venta al exterior de los vehículos es practicada esencialmente por los grandes países fabricantes y, en menor medida, también por los medianos y pequeños constructores.

La historia de esta actividad, fundamental para una gran industria automovilística, se identifica prácticamente con el logro de cantidades producidas apreciables. Al principio los constructores enviaban al exterior sus productos simplemente bajo pedido. Pero después de la primera guerra mundial el fenómeno de la exportación de vehículos no sólo se desarrolló, sino que se organizó de forma cada vez más concreta. Las ventas al extranjero ya no suponían un hecho aislado o sin importancia; al contrario, progresaron según conceptos nuevos y más rentables. Cuando el precio de los vehículos se convirtió en arma decisiva para la supervivencia y la expansión de los diversos complejos industriales, al iniciarse las primeras grandes batallas de competencia, la exportación resultó esencial. Comenzó a notarse en la producción en serie, en cantidades cada vez mayores, para obtener precios más competitivos. Y estos crecientes niveles de producción se obtuvieron no solamente con el aumento de la capacidad de los mercados interiores, sino también con la apertura de ulteriores mercados en la exportación. La improvisación inicial tuvo que substituirse, sobre todo después de los años cincuenta, por la organización de la venta al exterior de los automóviles con el estudio previo de los mercados de forma cada vez más racional, con la costosa institución de una red de distribución y asistencia y con campañas publicitarias realizadas según los sistemas más modernos de persuasión.

Pero no fue solamente la necesidad de acrecentar el volumen de producción lo que impulsó a los principales países productores a desarrollar las exportaciones. Influyeron también las exigencias monetarias a favor de las propias balanzas de pagos, exigencias que obligaron incluso a productores menos importantes a emprender los caminos de la exportación. Y en este caso están los ejemplos recientes de España, Yugoslavia, Polonia, URSS y Checoslovaquia, cuyas industrias específicas también pusieron en marcha los mercados de exportación.

En orden de importancia, los principales países exportadores de vehículos (teniendo en cuenta que los Estados Unidos, gracias a la gran capacidad del mercado nacional, renunciaron hace tiempo a la exportación directa en gran escala) son: Alemania, Japón, Francia, Gran Bretaña, Italia, EE.UU., Suecia y URSS. Hay que tener en cuenta que también a través de las plantas de montaje de vehículos en otros países, se practica una forma de exportación.

Incluso enviar piezas para su ensamblaje, establecer contratos de asistencia técnica y la cesión de patentes son formas de exportación. Es conveniente recordar que en la actualidad la exportación de turismos se diferencia substancialmente de la exportación de vehículos industriales y recambios, tanto por los sistemas utilizados como por los resultados obtenidos. Pero todos ellos conjuntamente constituyen una válvula de escape o una especie de salvavidas para las industrias.

Como consecuencia de la crisis energética, se asistirá a orientaciones quizá distintas y a nuevas perspectivas que no están aún totalmente claras, pero que dejan entrever una evolución diferente, en especial en lo que se refiere a las potencias y, por tanto, a los consumos de los modelos dedicados a la exportación.

Sobre la importancia de la exportación automovilística basta recordar que ha alcanzado incluso el 50-55 % de la producción de los países constructores. Finalmente, conviene recordar que el proceso de liberalización de intercambios comerciales, que siguen los grandes países productores, ha contribuido al notable desarrollo de las exportaciones automovilísticas.

FRANCIA - Entre los principales países productores de vehículos, Francia constituye en Europa el más antiguo en materia de exportaciones. Baste recordar que ya en 1925 los fabricantes franceses enviaron al extranjero 63.795 automóviles, de una producción total de 177.000 unidades (36%). Nombres ilustres, de los cuales una parte han desaparecido (Pan-hard) y otros que siguen (Citroen, Renault, Peugeot y más tarde Simca), han contribuido a crear esta larga tradición en el plano internacional. La corriente exportadora se redujo luego, entre 1932 (19.000 unidades) y 1938, mientras que la producción había alcanzado en años precedentes puntos notables, como ocurrió en 1929, cuando Francia conquistó el primer puesto en Europa (253.000 unidades) y se mantuvo hasta los inicios de la segunda guerra mundial (225.000 unidades).

La recuperación de posguerra fue lenta, con desarrollo notable sólo a partir de 1957: 251.000 unidades exportadas, que en 1963 se convirtieron en 600.000 y en 1969 superaron el millón: 1.175.000 (cifra que ponía a Francia en el segundo puesto europeo, después de Alemania). La industria francesa, mantenida por la creciente disponibilidad del mercado interior y por la creación de acertados modelos, en su mayoría de cilindrada moderada, penetró en todos los países alcanzando un total de exportaciones de 1.769.300 unidades en 1972. Después de haber desistido del primitivo empeño de exportar a EE.UU., las empresas francesas progresaron más todavía en Europa (Alemania e Italia) para alcanzar en 1973 la cifra récord de 1.931.208 vehículos exportados, de una producción total de 3.328.320. La crisis energética dejó sentir su influencia en los datos de 1974: se exportaron 1.765.284 vehículos, de un total de 3.045.283 fabricados.

REPÚBLICA FEDERAL ALEMANA - Contrariamente a lo que podría creerse, la exportación automovilística alemana en los inicios de la actividad productiva se mantuvo en niveles moderados. Solamente hacia 1935-1936 alcanzó valores de cierta consideración, con el envío al extranjero de 36.000 vehículos (mientras que Francia y Gran Bretaña habían alcanzado, en aquellos tiempos, cifras más elevadas). La expansión de las fábricas de la República Federal, en el plano internacional comenzó a definirse de manera clara y a tomar impulso a partir de 1955 cuando alcanzó un total de 404.000 unidades exportadas (frente a 298.000 en el año precedente de una producción de 908.000 unidades. En el transcurso de un quinquenio las marcas alemanas superaron el millón (1961), y en 1969 fueron 2.055.000 unidades, con una producción de 3.600.000 vehículos. Por otra parte, ya en 1957 la industria alemana había arrebatado el liderato mundial de la exportación a Gran Bretaña, liderato sometido a la peligrosa aproximación del Japón.

En las ventas al extranjero, la República Federal Alemana supo conquistar una clara primacía en las matriculaciones extranjeras sobre el difícil terreno de los Estados Unidos, aunque a partir de 1971 intervinieron una serie de obstáculos: la competencia japonesa, la devaluación del dólar y la revaluación del marco. Este último factor ha determinado serias dificultades para la industria alemana en el plano internacional, a causa de la mayor cotización que se ha producido en los diversos mercados. En 1973 se registró un total de 2.347.691 unidades exportadas, frente a una producción de 3.949.065 unidades, pero las dificultades del mercado interior y la crisis petrolífera hicieron descender las cifras a 1.400.000 y 2.570.671, respectivamente, en 1974.

GRAN BRETAÑA - La industria automovilística británica ha registrado desde sus comienzos un elevado nivel de exportación, que ya en 1928 era de más de 32.000 unidades, ligeramente inferior al liderato de Francia y que en el curso de los años treinta pasó a manos de Gran Bretaña, que lo mantuvo durante largo tiempo, con un continuo crecimiento hasta el principio de la segunda guerra mundial (83.000 unidades exportadas). La recuperación de la posguerra fue notable en comparación con la concurrencia exterior y, como en los años precedentes, facilitada por las tarifas aduaneras acordadas con los países de la Commonwealth y por la recuperación del mercado interior. Las empresas británicas fueron las primeras en intentar con éxito en los años cincuenta la entrada en el mercado norteamericano, abriendo así sus puertas a los demás países.

Pero las posiciones británicas fueron después notablemente afectadas por las marcas alemanas, que les arrebataron la primacía mundial de las exportaciones del sector en 1957. A partir de entonces, con el progresivo deterioro de la situación económica general, tanto las ventas al exterior como la producción prosiguieron irregularmente y con oscilaciones anuales. La cifra máxima fue alcanzada en 1969, con un total exportado de 952.800 unidades, mientras que la producción descendía a 3.182.000. Empezó después una larga e interminable serie de huelgas y de agitaciones que afectó a todo el sector automovilístico, y las ventas al exterior sufrieron también los daños causados por el bloqueo de los ferrocarriles y de los puertos. A pesar de los numerosos esfuerzos técnicos, se ha asistido a una lenta disminución, como evidencian los siguientes resultados: en 1971, sólo 915.000 vehículos exportados, cifra que en 1972 se redujo a 767.000. Y aún más grave fue el total de 1973, calculado en 762.000 unidades, cifra que acusa ya la crisis petrolífera general, mientras la producción bajó a 2.163.941 vehículos. El signo descendente prosiguió en 1974, con 700.523 unidades exportadas, de las 1.534.119 producidas.

JAPÓN - La trayectoria de la exportación automovilística japonesa es singular y anómala en comparación con los otros grandes países productores. Con el retrasado inicio de la fabricación en gran escala, que prácticamente se inició a finales de los años treinta, la exportación quedó afectada por este mismo retraso. Solamente en 1960 comenzó a exportar una cantidad apreciable: 38.800 unidades (en 1959 habían sólo 19.300). A partir de aquí la actividad exportadora de Japón creció con ritmo extraordinario en el plano internacional, hasta representar un nuevo y vigoroso competidor. En el transcurso de un decenio las fábricas niponas superaron el millón de unidades enviadas al extranjero (1.086.800 en 1970, para una producción de más de 5 millones). La exportación japonesa tuvo que adecuarse a los más intensos ritmos de producción, durante largo tiempo moderada. Las expediciones de automóviles penetraron con fuerza en todo el mundo al iniciarse los años setenta y alcanzaron incluso a Europa. Sin embargo, el mayor éxito se registró en Estados Unidos, aunque en 1973 se observó una cierta deceleración, a causa de la devaluación del dólar. No obstante, hay que resaltar que la industria nipona consiguió resultados de este tipo gracias también a un largo proteccionismo acordado por las autoridades de Tokio y solamente atenuado a partir de 1972.

En 1973 la crisis petrolífera afectó al desarrollo de las exportaciones ya parcialmente dificultadas por la revaluación del yen. No obstante, se alcanzó durante ese año una exportación de 2.076.556 unidades, frente a una producción de 7.082.757. El golpe más duro llegó en 1974, con una exportación de sólo 1.727.396 y una producción de 3.931.842.

ITALIA - La exportación automovilística italiana comenzó de manera apreciable en 1922, con 11.374 unidades. Fue ésta la primera fase sólida de un ascenso casi continuo (si se exceptúa el período de la segunda guerra mundial). Cuando el mosaico de pequeñas fábricas de los primeros tiempos fue desapareciendo y quedaron las más sólidas, con el lanzamiento de modelos con una alta calidad de proyecto (Fiat, Lancia, Alfa Romeo, ítala y OM), se consolidó también la exportación. Las ventas al exterior se normalizaron sucesivamente en los años treinta en relación al ritmo de instalación de nuevos complejos, y superaron en 1937 las 25.000 unidades (33,27 % de la producción). Con la segunda guerra mundial cesó la exportación, que no se recuperó hasta bien pasado el período posbélico.

Solamente en 1956 se inició una espiral de expansión de los vehículos italianos en el plano internacional. De aquel año con 87.000 unidades se pasó a más de 200.000 en 1960, y a 587.146 en 1968, de una producción total de 1.666.000. Conviene recordar también los numerosos acuerdos establecidos por la Fiat y también por la Alfa Romeo para el montaje de coches en el extranjero, culminados por las factorías realizadas por la propia Fiat en la URSS y en Polonia (1971-1972).

Hasta los años cincuenta la exportación italiana había estado constituida principalmente por turismos, pero posteriormente se amplió también a los vehículos industriales, con éxitos notables, a los cuales colaboraron pequeños carroceros (autobuses) y preparadores (vehículos especiales). En 1971 se alcanzó la cifra de 680.516 unidades exportadas. En 1972, a causa de las numerosas huelgas, sólo se llegó a 700.000, que durante 1973 se mantuvieron prácticamente igual (producción, 1.957.994). Análogo resultó 1974, con una exportación de 686.244 vehículos (producción, 1.630.686).

ESTADOS UNIDOS - A pesar de llevar una gran ventaja en la producción de automóviles, respecto a otros países, los Estados Unidos han ocupado siempre un lugar secundario en la exportación, especialmente en los últimos decenios. La venta de vehículos al extranjero nunca superó los 600.000 anuales. Una cantidad del orden de 500.000 unidades tenía un cierto significado entre los años 1928 y 1950, pero con el notable incremento de la producción total (unos 12 millones de unidades anuales) la exportación ha ido perdiendo importancia.

Los motivos de esta situación pueden explicarse por las escasas exigencias monetarias de la economía nacional. Se debe también reconocer que las excepcionales dimensiones de los coches norteamericanos y sus consumos se prestan poco para su venta en determinados países extranjeros en gran escala. En cambio, las fábricas norteamericanas, a través de sus filiales europeas y la australiana, desarrollan una notable actividad exportadora con modelos propios; ejemplos: Opel, Vauxhall, Holden (General Motors), Ford inglesa y alemana, Chrysler UK, France y España.

A partir de 1970 la exportación estadounidense alcanzó un cierto nivel, ya que ascendió desde 380.000 unidades en 1970 a 531.000 en 1972. Para 1973 se estimó un total de 580.000 razón por la cual los niveles de exportación son moderados, aunque las cifras anuales permiten incluir a este país entre los que se han mencionado al principio, como segundo grupo de exportadores. Precisamente este grupo depende más que el anterior de la situación energética mundial, la crisis de primeras materias y los altos niveles de inflación, por lo que se hace difícil predecir el futuro de la exportación del sector automovilístico español.

Aunque con una cantidad mínima (1.456 unidades) puede decirse que la actividad exportadora española se inició en 1965. Se mantuvo constante hasta 1968, en que se pasó ya a 4.182 unidades, que representaban el 1,3% de la producción total. A partir de este año se produjo el lanzamiento, teniendo en cuenta las posibilidades de la industria española, que supuso rebasar la cota de las 100.000 unidades (107.445) en 1972, lo que representaba un 16,9 % de la producción total. En 1973 siguió aumentando la capacidad exportadora, llegándose a 158.261 unidades (22,5 % de la producción). En 1974, comenzó a incidir la crisis energética, notándose un ligero descenso respecto a 1973: se exportaron 134.420 vehículos de los 704.574 fabricados.

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