Recordman británico sobre tierra y sobre agua. Nació en 1899 y murió en 1952 en el lago escocés de Loch Ness, tratando de mejorar el récord absoluto de velocidad sobre agua.
Peletero de profesión, John R. Cobb comenzó a correr en 1925 con un antiguo Fiat de 10 1, ganando la prueba de West Essex. Durante los años siguientes, con el mismo vehículo, obtuvo buenas clasificaciones en varias carreras, sobre todo en Brooklands.
En 1929 compró un Delage de 10,5 1, con el que consiguió, hasta 1932, una serie de récords, siempre sobre la pista de Brooklands. En 1935, Cobb hizo que Reid Railton le construyera un automóvil de récord, el Railton-Napier, con 4 ruedas motrices (de 1 m de diámetro), equipado con 2 motores de 12 cilindros sobrealimentados, con una cilindrada total de 47.872 ce y capaces de suministrar 2.500 CV. La refrigeración se lograba mediante unos depósitos especiales que se llenaban con hielo al comienzo de cada prueba.
En 1938, con este vehículo, Cobb conquistó en EE.UU., sobre el lago salado de Bonneville (Utah), el récord absoluto a un promedio de 563,6 km/h que, al año siguiente, pasó a ser de 594,9 km/h. El 16 de septiembre de 1947 (de nuevo en Bonneville), John Cobb fue el primer hombre que superó la barrera de los 600 km: 634 km/h.
Mientras tanto, Cobb se dedicó también a los récords de velocidad sobre agua; precisamente fue durante una de estas tentativas cuando, en 1952, perdió la vida.