Elemento químico metálico empleado en la tecnología más avanzada para la realización, solo o formando aleación, de piezas muy ligeras y resistentes. El titanio posee un peso específico de 4,51 kg/dm3 (entre los 3,7 del aluminio y los 7,9 del acero) y una carga de rotura muy similar a la de los aceros dulces. Por este motivo, a igualdad de resistencia, una pieza construida con titanio permite un ahorro de peso superior incluso a un 40%.
En el automóvil, las aleaciones de titanio se emplean, en alternativa con los aceros, para la construcción de bielas, órganos de las suspensiones, instalaciones de escape, etc. Sin embargo, dicha aplicación se halla limitada a los más refinados automóviles de competición debido a su elevado coste de realización y a la complejidad de las instalaciones necesarias. En efecto, las operaciones de soldadura y los tratamientos térmicos deben efectuarse en ambiente inerte (normalmente, de gas argón) debido a su elevada tendencia a la oxidación a temperaturas elevadas.