Relación entre el trabajo útil desarrollado por una máquina durante un intervalo de tiempo determinado y la energía que se suministra a la misma. Por ejemplo, en los motores de combustión interna, el rendimiento es el cociente entre el trabajo útil desarrollado en un ciclo y la energía térmica suministrada por la combustión. En las transmisiones, el rendimiento es el cociente entre las potencias de entrada y salida. El rendimiento jamás vale la unidad y puede anularse durante el funcionamiento en vacío (el trabajo desarrollado es nulo).
Son numerosos los rendimientos que pueden definirse, pero los de interés práctico en automovilismo son: el termodinámico, el mecánico y el volumétrico.
El rendimiento termodinámico es el cociente entre el trabajo indicado (área rodeada por el ciclo indicado) y el equivalente en trabajo del calor suministrado para recorrer ese ciclo. Puede calcularse como producto del rendimiento indicado (cociente entre las áreas del ciclo indicado y del ciclo teórico) y del rendimiento térmico ideal.
El rendimiento térmico ideal es función de la relación de compresión (aumentada cuando ésta lo hace).
El rendimiento mecánico considera las pérdidas debidas al trabajo de rozamiento desarrollado en los mecanismos y en los órganos auxiliares (bombas, distribución, etc.) y al trabajo de bombeo en los cilindros durante las fases de admisión y escape. El rendimiento mecánico se calcula como el cociente entre el trabajo útil obtenido en el cigüeñal y el trabajo del ciclo indicado.
El producto del rendimiento mecánico y el rendimiento termodinámico da el rendimiento total del motor.