Dispositivo que, en un circuito recorrido por un fluido a presión, reduce y mantiene a un valor preestablecido la presión a la salida, independientemente de la existente a la entrada. Se aplica en los circuitos de alimentación mediante gas, GPL o metano, para reducir la presión de alimentación a niveles próximos a la atmosférica, evitando así variaciones en la carburación al modificarse el estado de carga de las bombonas y eliminando fugas de gas con el motor al mínimo.
El esquema más extendido es el de membrana, consistente en una pared flexible que separa dos zonas, una de las cuales se halla en contacto con la atmósfera. La membrana es empujada por un muelle regulable cuya carga debe ser proporcional a la diferencia de presión existente entre ambas cámaras. Al variar la presión, el muelle se desplaza hasta encontrar el equilibrio en una nueva posición. La membrana va unida a una válvula que limita la entrada del fluido, de manera que ésta únicamente se abre cuando la presión interior (que es la existente a la salida del circuito) no pueda contrarrestar el empuje del muelle. Si la presión interior aumenta, la membrana se desplaza venciendo la carga preestablecida del muelle y provoca el cierre de la válvula.
El tarado exacto y el correcto funcionamiento del reductor de presión son fundamentales tanto para la no contaminación como para la seguridad. En efecto, una presión demasiado alta en el circuito provoca una entrada excesiva de gases con emisiones de hidrocarburos no quemados por el escape o reflujos de gases hacia el exterior del carburador.