Es el par de fuerzas que se ejerce sobre una tuerca o sobre un tornillo Para asegurar su apriete correcto.
Cuando se aprieta una tuerca, un espárrago o un tornillo con una llave, se encuentra una resistencia (debida en parte al rozamiento entre los filetes del tornillo y de la tuerca y en parte al rozamiento entre la tuerca y la superficie de la pieza) que aumenta gradualmente a medida que crece la presión entre la tuerca y la superficie de la pieza. Simultáneamente, aumenta la tensión longitudinal sobre el vastago del tornillo.
El par aplicado a la llave debe vencer estos rozamientos, pero deberá interrumpirse cuando la solicitación sobre el vastago sea suficiente para sujetar la pieza e impedir el aflojamiento de la tuerca o el tornillo.
La presión a que debe someterse un tornillo depende de la pieza que se desea montar; por ejemplo, la culata de un motor deberá apretarse contra los cilindros con una fuerza superior a la que ejerce la presión producida en la cámara de explosión, pues de otro modo se producirían pérdidas a través de la junta. Dividiendo la fuerza total por el número de tornillos previsto, se obtiene la presión correspondiente a cada tornillo. Entonces, deberá calcularse el diámetro del vastago de los tornillos de manera que la tensión no rebase el límite superior de resistencia (fluencia) del material. En algunos casos, para evitar diámetros excesivos (y, sobre todo, para distribuir mejor las presiones), se prefiere aumentar el número de tornillos, reduciendo su diámetro.
Para garantizar que el apriete de los tornillos produzca presiones superiores a la carga requerida durante su funcionamiento (teniendo en cuenta las temperaturas y las dilataciones) y, al mismo tiempo, no supere la carga de fluencia, los fabricantes utilizan, en las líneas de montaje, herramientas neumáticas con pares de apriete calibrados. Los manuales de normas contienen los pares de apriete para los casos de reparaciones; estos valores son muy importantes para ciertos órganos, como: las cabezas de biela y de los gorrones, los tornillos y espárragos de la culata, el volante, el cambio y las suspensiones.
Es característico el caso de las piezas de acero atornilladas sobre otras de aluminio o de otro material blando. En este caso, un par de apriete excesivo no perjudicaría al tornillo, pero sí a la rosca de la pieza. Entre otros ejemplos pueden citarse las bujías, montadas sobre culatas de aluminio, y los tornillos de los paneles, atornillados sobre chapas. En estos casos, el apriete no debe superar en ningún caso ciertos valores que, por ejemplo, para las bujías, son: 4 m-kg para culatas de fundición, y 2,5 m-kg para las de aluminio.
El control del par de apriete se efectúa con llaves dinamométricas.