La percepción de los sonidos es uno de los sentidos que mayor atención requieren a la hora de precisar la capacidad de un conductor. Aunque las normas reguladoras de la expedición de permisos de conducción varían según los países, puede decirse que en general se exige una audición con cada oído que permita distinguir una conversación a una distancia mínima, variable según la categoría de licencia: 2 m para los permisos A y B, 4 m para la categoría C y unos 8 para los carnets de clases superiores. Sin embargo, según las legislaciones, los valores inferiores no siempre suponen la prohibición absoluta del manejo de vehículos, sino sólo la calificación de disminuido para el conductor, que en algunos casos podrá obtener el permiso con la corrección correspondiente.