Término empleado comúnmente para indicar el menor de los autobuses, caracterizado por sus reducidas dimensiones exteriores. La idea inicial era poder emplear estos vehículos para el transporte público en los grandes centros urbanos, pero dicho servicio resultó poco funcional, excepto en zonas especiales. En cambio, los microbuses han encontrado un mayor empleo como vehículos privados para transportes de empresa, de comunidades religiosas, de escolares y para servicios hoteleros.
Aunque el número de sus plazas depende de las características a que se destine el vehículo y de las normas del país por donde circula, por lo general oscila entre 10 y 24; por debajo de las 9 plazas (comprendida la del conductor), se considera como turismo.