Término inglés, cuya traducción literal es «entrar conduciendo», que indica un cine descubierto al cual se puede asistir a la proyección de un film permaneciendo en el automóvil. Los drive-in están muy difundidos en los Estados Unidos no sólo como cines, sino también como bancos, negocios, restaurantes e incluso iglesias. Los automovilistas pueden así disfrutar de los servicios con comodidad.