Maniobra que se efectúa en los cambios no sincronizados para facilitar el paso de una marcha a otra, generalmente inferior. Consiste en 3 operaciones sucesivas y es preciso:
- pisar el pedal del embrague y, al mismo tiempo, quitar la marcha;
- levantar el pedal del embrague (3-4 cm) y dar un acelerón;
- pisar nuevamente el pedal del embrague e introducir la marcha inferior.
El acelerón debe ser tanto más largo y profundo cuanto mayor sea el número de revoluciones del motor antes de efectuar el cambio de marcha. El doble embrague sirve para evitar que los engranajes que hay que acoplar giren a velocidades distintas, causando choques y rascadas durante el acoplamiento. El éxito de la maniobra depende de la oportunidad y del sincronismo de sus fases.
En los cambios sincronizados, el uso del doble embrague facilita igualmente la introducción de las marchas y evita un desgaste excesivo de los sincronizadores. En particular, se hace necesario en la conducción deportiva, permitiendo reducir las marchas 8in tirones bruscos en el embrague.
En la práctica, la maniobra se emplea también para la introducción de las marchas superiores, tanto en cambios no sincronizados (vehículos industriales) como en los de acoplamiento rápido. En este caso las operaciones sucesivas son:
- pisar el pedal del embrague y, al mismo tiempo, quitar la marcha;
- levantar por un momento el pedal del embrague (sin tocar el acelerador);
- pisar nuevamente el pedal del embrague e introducir la marcha superior.
Dicha maniobra permite en los motores lentos adecuar el régimen del motor al número de revoluciones de las ruedas, facilitando el acoplamiento de los engranajes.