En los motores pluricilíndricos el distribuidor desarrolla, en el sistema de encendido, la función de distribuir a las bujías la corriente de alta tensión necesaria para iniciar la combustión de la mezcla. El distribuidor forma parte del circuito secundario de alta tensión; en el distribuidor se pueden distinguir dos partes principales:
- una parte fija llamada tapa, de forma cilindrica en general, en la cual se introducen los terminales en latón engrapados directamente a los cables de las bujías, y
- una parte móvil, el verdadero y propio distribuidor, constituido por un brazo o pipa giratorios, que toma la corriente a través de un contacto central deslizante y la distribuye a los sectores en latón de la tapa.
La pipa estaba constituida hasta 1916 por un carbón que rozaba en el interior de la tapa; a continuación se introdujeron los llamados distribuidores de salto de chispa, en los cuales una lámina de latón giraba sin rozar a una distancia muy próxima de los sectores incluidos en la tapa. La corriente en este caso pasaba, creando un arco eléctrico o chispa, entre la lámina y los sectores. Esta solución es aún la utilizada universalmente.
La velocidad de rotación de la pipa es igual a la del cigüeñal en el caso de motores de 2 tiempos y a la mitad en el caso de motores de 4 tiempos. En el primer caso se produce una chispa (por cilindro) por cada vuelta, mientras que en el segundo por cada 2 vueltas.
Se puede decir que la evolución del distribuidor ha seguido los mismos pasos de la del sistema de encendido. Surgido con la invención de la magneto, el distribuidor estuvo presente desde el principio en las magnetos de baja tensión (1905) y más tarde en el sistema de alta tensión (1910).
En ambos casos el distribuidor estaba dispuesto en el interior del grupo magneto; recibía el movimiento, a través de engranajes, del rotor (en el caso de las magnetos de imán fijo e inducido), mientras que en el caso de magnetos de imán giratorio el circuito magnético estaba realizado de manera que daba por cada giro un número de chispas igual al número de cilindros; por tanto, el distribuidor estaba unido directamente con el eje del rotor. Hacia 1925 surgió el sistema de encendido, en la actualidad utilizado universalmente, llamado de batería y delco. En el *delco están reunidos el distribuidor, el ruptor, el condensador y el dispositivo de avance automático. Conviene advertir que en el lenguaje automovilístico actual los términos distribuidor y delco se usan indistintamente, aunque en realidad el primero es parte del segundo.
El delco está normalmente constituido por un cuerpo metálico sobre el cual se fija, con grapas metálicas o tornillos, la tapa del distribuidor.
Al principio el material más usado para la tapa era la ebonita que, no obstante, tiende a reblandecerse a temperaturas muy altas; actualmente se utilizan las resinas melamíni-cas, alquílicas y epoxídicas, todas dotadas de óptimas cualidades aislantes.
La tapa y el cuerpo llevan oportunas referencias, con objeto de evitar errores de orientación cuando se efectúa el montaje o en las operaciones normales de mantenimiento.
Montado sobre una placa interna al cuerpo se encuentra el interruptor del circuito de baja tensión, llamado comúnmente ruptor (en el léxico de taller, platinos). En ciertos casos el ruptor hace también las funciones de distribuidor, como en muchos motores de motocicleta y como en el Citroen DS 19 de las primeras series, que tiene dos ruptores con dos bobinas, que alimentan un par de cilindros cada uno.
El mantenimiento del distribuidor de encendido se efectúa al mismo tiempo que se comprueba el avance o el calado de la distribución. Generalmente se comprueba que la pipa o dedo del rotor no presente juegos en su apoyo, que la distancia entre la pipa y los sectores de la tapa no sea demasiado elevada (0,2-0,7 mm) y que el carbón central esté en buenas condiciones. Es necesario comprobar, además, que los sectores de la tapa no estén muy gastados o picados (eventualmente pueden ser restaurados con una pequeña lima muy fina). El carbón central debe encontrarse íntegro y poder deslizarse libremente en su alojamiento.
Tanto el cuerpo del distribuidor como la tapa no deben presentar fisuras ni estar quemados a consecuencia de descargas superficiales. En este caso es necesario someter las piezas a una prueba de tensión alterna y, en consecuencia, proceder según los casos a su substitución. Se debe efectuar un control posterior para cerciorarse de que la tapa, una vez fijada con las apropiadas grapas sobre el cuerpo del distribuidor no pueda moverse.