Voz tomada del francés (baladeur) para indicar un engranaje del cambio de velocidades corredizo sobre el propio eje y enlazado frontalmente con otro engranaje. Por la naturaleza de la dirección, los engranajes baladores deben ser siempre de dentado recto. Hasta los años treinta, casi todos los automóviles tenían el cambio con engranajes de este tipo, pero posteriormente el sistema fue abandonado para adoptar los sincronizadores, que exigían un cambio con engranajes de toma continua y no del conocido tipo corredizo.