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COMPRA - Definición - Significado

En la adquisición de un automóvil concurren muchas y variadas circunstancias, que se resumirán seguidamente. En primer lugar, es fundamental la utilización que va a darse al vehículo, para poder valorar sus cualidades de acuerdo con las necesidades; además, hay que tener en cuenta las posibilidades económicas del comprador en relación con el momento de la compra, y también, si el automóvil es el primero que se va a poseer.

En principio, para el automovilista experto parece más conveniente la compra del coche nuevo, siempre que éste le resulte económicamente asequible, lo cual no es difícil, puesto que en general su antiguo automóvil puede servirle para facilitar un primer pago del modelo que pretende conseguir. Conviene insistir aquí en lo apuntado al principio sobre el uso al que se destinará el coche, pues si éste va a circular principalmente por ciudad habrá que dar preferencia a las características de compacidad y maniobrabilidad, mientras que si tiene que efectuar con frecuencia recorridos largos por carretera, es fundamental que posea una potencia elevada en relación con su peso. Cuando se dispone de un solo coche, ocurre que éste tiene que soportar una utilización mixta, por razones profesionales (circulación urbana) y de esparcimiento familiar (recorridos largos). En tal caso, evidentemente sólo el futuro usuario puede decidir la solución de compromiso.

En cualquier caso, la compra del coche nuevo plantea menos problemas, o por lo menos permite una solución más rápida de los mismos. En todos los países existen los concesionarios oficiales de los fabricantes, en donde, aparte de obtener las garantías y requisitos indispensables, se recibe la orientación adecuada y se pueden simplificar los trámites burocráticos.

Aunque se considera el caso de un conductor experto, cuyos conocimientos previos le obligarán a fijarse en aquellos elementos que más necesita, bueno será mencionar algunas de las características que deben tenerse en cuenta. En primer lugar debe comprobarse la comodidad del habitáculo, con la posición de los asientos, espacio para los pies, etc.; además, hay que determinar la accesibilidad de los elementos que debe manejar el conductor, palancas, pedales, mandos del tablero, etc., así como la orientación del volante; después de apreciar la capacidad de los alojamientos diversos (maletero, guantera, etc.) y la accesibilidad de los órganos que requieren el mantenimiento, debe efectuarse una prueba de circulación. Como se supone que al seleccionar el modelo ya se han tenido en cuenta las cualidades de estructura mecánica y seguridad, en la prueba basta apreciar algunas características de confort, como la aireación, el aislamiento de ruidos y vibraciones, la estabilidad de marcha y la calidad de las suspensiones. En el caso del conductor novel es frecuente la decisión de comprar un coche usado. Si la compra es acertada, ello tiene la ventaja de que el automóvil ya está rodado y le sirve como entrenamiento para un mejor dominio del volante, aparte del precio más asequible. Es aconsejable que para adquirir un coche usado se recurra a una empresa solvente y, mejor aún, acompañado de un mecánico o un experto en automóviles para el asesoramiento. Por lo indicado anteriormente al tratar del coche nuevo, se deduce que existen numerosos establecimientos en los que se pueden adquirir coches de ocasión, procedentes de cambios, muchos de ellos incluso con pocos kilómetros recorridos. Sin embargo, hay que insistir en la necesidad de hacerse acompañar por un experto y efectuar una prueba con el automóvil, ya que sólo así pueden ponerse de manifiesto las eventuales imperfecciones de funcionamiento.

Al tratar con una empresa de solvencia, como se ha indicado (concesionario oficial o similar), se tiene la ventaja de que el vehículo ha sufrido las revisiones adecuadas y que incluso se puede recurrir a aquélla para ulteriores fallos del mismo. Además, también en este caso se está más seguro de la tramitación precisa de los documentos correspondientes. Asimismo, si se adquiere un automóvil de marca bastante difundida, resultan una mayor facilidad para las posibles reparaciones que haya que efectuar, un mejor conocimiento por parte de los talleres, facilidades en la adquisición de repuestos, etc. La compra del coche usado a particulares, en general poco aconsejable, sólo puede resultar conveniente cuando se conoce desde bastante tiempo al vendedor del vehículo y se ha apreciado el trato que dio al coche, con el uso al que lo ha dedicado y el entretenimiento que le ha dispensado. No se entrará aquí en el detalle de las numerosas comprobaciones que conviene efectuar en un vehículo de este tipo, ya que, por lo demás, algunos defectos pueden estar disimulados en el momento de la venta; baste indicar que la presencia de holguras, oxidaciones y fugas, así como el mal aspecto (exterior e interior) son síntomas claramente negativos. Las diferentes anormalidades que pueden presentar los diversos órganos del vehículo han sido ya tratadas en el artículo *Avería, y se deducen también del estudio de las voces correspondientes a los mismos, a las que se remite al lector.

En cuanto a los aspectos burocráticos y legales hay que indicar que la persona que adquiera un vehículo matriculado deberá solicitar de la Jefatura de Tráfico de la provincia de su domicilio legal o de aquella en que se matriculó el vehículo, en impreso reglamentario y dentro de los 10 días hábiles siguientes a la adquisición, la inscripción de dicho vehículo a su nombre y la consecuente renovación del permiso de circulación, haciendo constar su nombre, apellidos y domicilio, así como los del vendedor y acompañar con la solicitud el permiso de circulación del vehículo y el documento acreditativo de haberse interesado la correspondiente liquidación fiscal por la transmisión. Se hará constar asimismo el título de dicha transmisión expresando, en su caso, si fue con reserva de dominio o de cualquier otro derecho sobre el vehículo, circunstancias éstas que se harán constar en el nuevo permiso. La matriculación se solicitará por el propietario del vehículo, de la Jefatura de Tráfico de la provincia en que aquél tenga su domicilio legal. La solicitud, formulada en impreso reglamentario, se presentará acompañada de certificado de adeudo o de fabricación, por triplicado, donde constarán las características técnicas del vehículo, conforme a modelo que reglamentariamente se determine, suscrito por el fabricante nacional, o representante legal del fabricante extranjero, y además documentación que según los diferentes casos señale el Organismo competente (Ministerio de la Gobernación), así como de la certificación de características del automóvil si el vehículo hubiese sido inspeccionado en la fábrica o en locales de distribuidores oficiales. Si el vehículo no hubiese sido inspeccionado en la fábrica o en locales de distribuidores oficiales, la Jefatura Provincial de Tráfico remitirá el expediente a la Delegación Provincial del Ministerio de Industria para la práctica de la inspección técnica y expedición del correspondiente certificado, devolviéndose después el expediente a aquella entidad. Una vez completado el expediente, se autorizará, si procede, la circulación del vehículo y se expedirá el correspondiente permiso de circulación. Éste equivale al certificado de matrícula internacionalmente adoptado y contiene los caracteres de la matrícula asignada al vehículo, que también deberá figurar en las placas correspondientes, la fecha de su matriculación, el nombre, apellidos y domicilio de su titular, la marca y categoría del vehículo, su modelo y tipo, la serie y número de bastidor, el número de plazas de viajeros y el peso máximo autorizado, y, cuando se trate de vehículos destinados al transporte de mercancías, el servicio a que se va a destinar. Asimismo, se hará constar en el dorso o revés del permiso a instancia justificada del vendedor del vehículo o de otro interesado legítimo, la existencia de cualquier limitación de la facultad de disposición de su titular o de algún otro derecho o carga sobre aquél. Cualquier variación en el nombre, apellidos o domicilio del titular del permiso deberá ser comunicada, para la renovación de éste, a la Jefatura Provincial de Tráfico expedidora del mismo o a la de la provincia del nuevo domicilio de aquél. Del mismo modo, deberá renovarse el permiso de circulación cuando se modifiquen una o varias de las características fundamentales del vehículo, así como en los casos de que se produzca cambio de destino o de titular.

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