Departamento de un automóvil destinado a contener los equipajes y, generalmente, también la rueda de recambio y las herramientas. Se halla en la parte trasera si el motor es delantero y viceversa. En el caso de coches con motor central, suelen existir 8 maleteros, como en el Porsche 914.
El problema del transporte de equipaje en los automóviles tan sólo encontró una solución integrada en el vehículo a partir de los años treinta. Anteriormente, a causa incluso de la falta de carreteras y servicios adecuados, que hacía preferir el ferrocarril para los viajes largos, la necesidad de un departamento portaequipajes apenas se dejaba sentir. El transporte de maletas o cualquier otro tipo de objetos tenía lugar por medio de portapa-quetes de parrilla aplicados al vehículo de forma semipermanente, o bien mediante adecuados baúles desmontables conformados de manera que se fundían con la línea del vehículo. Incluso cuando, con el afianzamiento de las carrocerías enteramente metálicas, el maletero pasó a formar parte del automóvil, sus dimensiones siguieron siendo reducidas, sobre todo a causa de la moda estilística, que imponía formas deprimidas y redondeadas, y al estorbo de la rueda de recambio.
En los años cincuenta, la generalización de las carrocerías autoportantes, la progresiva reducción del diámetro de las ruedas y los renovados cánones estilísticos favorecieron la realización de maleteros con formas casi paralelepipédicas y de gran capacidad, incluso en coches de dimensiones reducidas. Hay que exceptuar ciertos automóviles deportivos y algunos utilitarios.
En los años setenta, los proyectistas dedican gran atención a la capacidad, a la forma y a la accesibilidad de los maleteros, a consecuencia de las exigencias de la clientela, decidida a emprender largos viajes con la familia en el automóvil. Por tanto, se ha asistido a continuas transformaciones de la solución tradicional, que determinaba la colocación del depósito, la rueda de recambio y las herramientas en el departamento portaequipajes, con el fin de obtener un amplio espacio de forma regular y perfectamente aprovechable. Entre las soluciones más interesantes cabe citar la colocación de la rueda de recambio y del gato de elevación en el departamento del motor y la adopción del depósito de seguridad debajo del asiento trasero. La necesidad de poder disponer de espacio cada vez mayor ha determinado la gran difusión de los coches familiares, que ofrecen considerable capacidad de carga abatiendo el asiento trasero.
La tracción delantera, el tipo de suspensión (McPherson, de ballesta transversal) y la solución estilística de trasera truncada han contribuido de modo considerable a aumentar la capacidad y la regularidad del maletero; así, pues, resulta fácil encontrar maleteros de 500-600 dm3, que anteriormente eran exclusivos de los automóviles de grandes dimensiones.