Es un índice importante del grado de aprovechamiento y de las solicitaciones mecánicas a que se halla sometido un motor y, especialmente, el sistema biela-manivela, la unión cilindro-pistón y los aros.
La velocidad media del pistón a un régimen determinado se obtiene mediante la fórmula: Vm=nxc/30.000, en la que Vm es la velocidad media del pistón en m/s; n, el régimen de rotación en rpm, y c, la carrera en mm.
Los problemas que aparecen en relación con una elevada velocidad del pistón afectan sobre todo a la lubricación de los cilindros y a la selección de materiales (tanto para los cilindros como para los pistones) resistentes especialmente al desgaste.
Paralelamente, al aumentar la velocidad media crecen también las aceleraciones a que se hallan sometidos los pistones, las cuales constituyen la mayor causa de la solicitación mecánica a que se halla sometido el mecanismo biela-manivela y que, en el límite, pueden provocar roturas de los aros y del propio pistón.
En general, se considera un límite de seguridad la velocidad de 20 m/s. Sin embargo, dicho valor suele superarse, y a veces en gran proporción, en los motores de competición más modernos. La conveniencia de alcanzar valores muy altos depende esencialmente de la eficiencia de la cámara de combustión y, sobre todo, de la rapidez de propagación de la llama. En este caso, se han conseguido resultados notables con motores de 4 cilindros Offenhauser para Indianápolis, con casi 26 m/s, y con el Cosworth de 8 cilindros en V para Fórmula 1, con casi 25 m/s.