Durante el primer decenio del siglo, la idea de emplear la propulsión por hélice para los automóviles llevó a los técnicos a realizar experiencias en tal sentido; el francés Marcel Leyat fue uno de ellos. En su taller de Meursault (Cote d'Or) comenzó en 1913 la construcción de estos vehículos especiales, equipados al principio con motores bicilíndricos ABC refrigerados por aire y luego eon motores Anzani de 2 y 3 cilindros.
Después de la guerra, Leyat pasó de la realización de prototipos a una producción propiamente dicha, aunque a escala reducida, ofreciendo una elección de 3 carrocerías distintas: 2 plazas abierta, berlina y furgoneta. El vehículo se presentaba como un pequeño avión ligero sin alas, con una carlinga muy ahusada, 2 plazas en tándem y 4 ruedas, de las cuales las traseras eran directrices, con una anchura de vía sensiblemente menor. Otras características eran las suspensiones independientes en las 4 ruedas y frenos únicamente delante. Además, la hélice iba encerrada en un aro metálico de protección.
Marcel Leyat suspendió la fabricación de sus originales automóviles hacia 1921, aunque un ejemplar de 3 ruedas, realizado más tarde, fue probado en la pista de Montlhéry en 1927.