Marca de fábrica de una empresa británica fundada a finales del siglo pasado por Herbert Frood, técnico muy ingenioso, interesado en el problema del frenado de los vehículos. Frood, al observar las dificultades que los carros agrícolas encontraban para frenar en las pendientes de las carreteras, pensó en utilizar unas pinzas de madera que funcionaban como frenos, con material capaz de resistir el calor producido por el rozamiento. Ideó forros especiales constituidos por amianto en tiras y por fibras textiles con la adición de substancias químicas. De este modo surgieron los primeros ferodos con el nombre que derivó de la razón social de la firma de Frood: Ferodo Ltd.
Más tarde, la marca Ferodo entró en el lenguaje corriente como término que significa genéricamente los materiales de fricción empleados en el sector automovilístico para forros de frenos, embragues, etc. Unos años más tarde su composición cambió ligeramente: en general, los forros actuales (empleados en las zapatas de los frenos de tambor, en las pastillas de los frenos de disco y en los discos de embrague) están constituidos por un aglomerado de hilos de amianto, hilos o filamentos metálicos (latón o cinc), resinas fenólicas o caucho; esta aglomeración es prensada en caliente en matrices especiales.
El ferodo, para desarrollar adecuadamente su función, debe poseer las propiedades siguientes: resistencia al calor, elevado coeficiente de rozamiento, escasa sensibilidad a los efectos producidos por la humedad o por trazas de aceite, resistencia mecánica y conductibilidad térmica.
Para colocar los ferodos sobre las superficies metálicas de soporte se emplean remaches o, más comúnmente, adhesivos estructurales.