Los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi, nacidos respectivamente en 1916 y 1912, constituyen uno de los más esforzados ejemplos de la creación automovilística netamente argentina. Expertos mecánicos y pilotos (Dante llegó a participar en las Mil Millas de 1950), se concentraron en su taller de Olavarría (Buenos Aires) para construir un motor con árbol de levas en cabeza, mecanizado totalmente a mano. Sin embargo, las reglamentaciones deportivas impidieron su utilización. Pero su experiencia la utilizaron en la preparación de motores Ford V8, que les permitieron destacar en los años sesenta, yendo al volante principalmente Dante. Ganaron las 4 ediciones del Campeonato de Turismo Carretera celebradas entre 1962 y 1965, y consiguieron un segundo puesto en el Gran Premio de Carretera de 1964, además de numerosas victorias de etapa de ese Gran Premio entre 1963 y 1965. Posteriormente, prosiguieron su actividad deportiva logrando aún buenas clasificaciones, hasta abandonarla definitivamente a principios de los años setenta.