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BONESCHI - Definición - Significado

Carrocero italiano que comenzó su actividad en Milán hacia 1920. Giovanni Boneschi tuvo el mérito de saber encontrar para su taller un lugar propio.

Después de haber intentado la difícil actividad de carrocero de élite, con algunos modelos de prestigio, entre los que se contaron los inevitables Isotta Fraschini, Boneschi encontró una colocación original en la colaboración con el dinámico agente milanés de la Lancia, Enrico Minetti. La Lancia había acabado de lanzar el modelo Lambda, y Minetti, en colaboración con Boneschi, se preocupó de procurar una alternativa a la versión de serie para aquella clientela que estimaba algo más personalizado. Que la idea de Minetti era acertada lo demostró el éxito de las carrocerías Boneschi sobre bastidor Lancia; ello sirvió para consolidar la fama de la empresa.

Algunos años más tarde la Boneschi demostró por segunda vez el sentido común de su dirección enfrentando el difícil período de las carrocerías elásticas, iniciado con la patente francesa Weymann. Aun destinada a ser olvidada en pocos años, la patente Weymann tuvo el mérito indudable de obligar a los carroceros a buscar nuevas ideas y nuevos criterios de construcción. Los constructores italianos de carrocerías de aquella época preferían el camino más cómodo de la compra de patentes extranjeras. También Boneschi escogió la vía de la patente, pero prefirió adoptar, en lugar de la dominante Weymann, una patente análoga, pero que quizá permitía una mayor adaptabilidad de las líneas y de las masas al gusto italiano. La elección recayó en la patente Kelsch, de la que era concesionario Mario Casaro, el cual había construido para su utilización un gran establecimiento en Turín. Una vez más la Carrocería Boneschi vio confirmada por la estima de su clientela la elección efectuada.

Un significativo encargo fue confiado también a Boneschi por la Citroen Italiana, que llamó al carrocero milanés para vestir en pequeña serie sus automóviles. Ésta fue, mientras duró la producción de la casa francesa en Milán, la actividad preeminente de la Boneschi. Al cesar la producción de Citroen, Boneschi volvió una vez más a presentar los propios modelos originales en los Salones automovilísticos.

A finales de los años treinta, hasta el estallido de la segunda guerra mundial, la Boneschi concentró la propia producción sobre bastidores Lancia. Superado el período bélico y el de la reconstrucción, la Boneschi volvió a la construcción automovilística añadiéndole, y potenciando cada vez más, la carrocería industrial. Aun cuando continuaba teniendo encargos de prestigio -los coches oficiales de la Presidencia del Consejo, hasta su substitución por los Lancia Flaminia, eran los Alfa Romeo de Boneschi-, fue el sector de los automóviles industriales, el de los autobuses y autocares y el de los vehículos publicitarios, el que absorbió las mejores fuerzas de la Boneschi. Actualmente ha abandonado casi la construcción de carrocerías para automóviles para dedicarse a la construcción de carrocerías industriales que aseguran la supervivencia de la empresa.

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