Testigo luminoso situado en el tablero de instrumentos y que se enciende cuando no existe paso de corriente del generador a la batería, es decir cuando la dinamo o el alternador no se cargan.
En los automóviles equipados con dinamo, la lámpara testigo va conectada en paralelo con el interruptor de mínima del regulador, de manera que cuando los contactos del interruptor se encuentran separados, la lámpara se enciende debido a la diferencia de potencial entre la bateria (cargada) y el generador que no produce corriente.
Cuando la tensión generada por la dinamo es suficiente, los contactos del interruptor se cierran y la lámpara se apaga, ya que deja de existir diferencia de potencial entre sus dos conexiones.
En el caso de una instalación eléctrica con alternador, como el interruptor de mínima no existe (pero sus funciones las desarrollan rectificadores de corriente), el testigo va conectado a un circuito más complicado que forma parte del puente rectificador y que acciona su iluminación mediante un relé.
El régimen a que se apaga el testigo varía en función del tipo de generador y, en particular, de su característica de producción de corriente. En general, el alternador suministra una tensión suficiente incluso al mínimo, por lo cual el testigo siempre se encuentra apagado con el motor en marcha. En cambio, con la dinamo, el testigo puede encenderse al mínimo, pero, en cualquier caso, debe apagarse a los regímenes normales de funcionamiento. Independientemente del origen de la avería, que puede producirse en la dinamo o en el regulador, la iluminación del testigo durante la marcha significa que la instalación eléctrica funciona a expensas de la batería. En cambio, con el alternador puede suceder que el testigo se encienda incluso cuando existe producción de corriente y envío de la misma a la batería.