Término empleado corrientemente para indicar cada una de las relaciones del cambio de velocidades de un vehículo que son seleccionables por el conductor; con el mismo significado se usa también el término «velocidad». Las relaciones del cambio se denominan primera, segunda, tercera, cuarta y quinta marchas, siguiendo el orden decreciente de la reducción obtenida por los engranajes.
El número de marchas y las relaciones de transmisión adoptadas dependen del tipo de vehículo, de las prestaciones requeridas y de las características del par motor; los automóviles de producción normal están equipados generalmente con cambios de 3, 4 y 5 marchas, mientras que en los vehículos de competición (aparte de los reglamentos específicos que imponen para ciertas categorías el número de relaciones) pueden ser 5, 6 e incluso 7.
En los vehículos industriales y en los destinados a todo terreno, el número de marchas puede ser aumentado colocando en serie con el cambio normal un reductor o un multiplicador con una p varias relaciones. En este caso, el número de marchas seleccionables se deduce del producto entre los números de las relaciones de los dos sistemas que están colocados en serie.