Dispositivo empleado antiguamente para amortiguar las oscilaciones del cuerpo de un vehículo con relación a las ruedas. Contrariamente a los amortiguadores hidráulicos telescópicos, cuyo uso se ha extendido casi universalmente a partir de los años treinta, los amortiguadores de fricción producen su efecto atenuador aprovechando el fenómeno del rozamiento entre cuerpos secos no lubricados. En efecto, están constituidos por 2 discos en estrecho contacto entre si, solidarios a 2 brazos, uno de ellos unido al bastidor y el otro a la rueda. Entre los 2 discos, cuyo apriete queda asegurado por un tornillo y por uno o más muelles, suele interponerse un tercer disco de cuero. El amortiguamiento de las oscilaciones se produce por efecto del rozamiento existente entre los discos cuando sus respectivos brazos tienden a hacerlos girar por efecto de los movimientos verticales del vehículo.
Los amortiguadores de fricción, aunque presentan la ventaja de su extraordinaria sencillez y de una fácil regulación (basta apretar el tornillo para variar el efecto de amortiguamiento), poseen una eficacia más bien reducida, sobre todo por su escasa suavidad de funcionamiento y por su limitada sensibilidad frente a las variaciones de carga. Substituidos en los automóviles por los amortiguadores hidráulicos, tan sólo se han seguido montando en algunas motocicletas.