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Downsizing

El Reglamento de la Comunidad Europea 715 del año 2007 estableció una serie de límites de emisiones que suponían por aquel entonces todo un desafío tecnológico para un sector que se distingue por su elevada competencia. Para los motores de gasolina la normativa Euro 5 se aplicaría en todos los modelos homologados a partir de 2009, mientras que sería obligatoria a partir de 2011 para todas las nuevas matriculaciones. Para entender la importancia de estas limitaciones basta con saber que suponían una reducción de un 25% con respecto a la norma Euro 4.
 
Downsizing

Pero el contexto de las limitaciones de emisiones quedaría cojo si no habláramos de las emisiones de CO2, en este sentido el Reglamento 443 del 2009 del Parlamento Europeo establece unos límites que tienen como objetivo conseguir que, a partir del 2020, el límite de emisiones de CO2 de los turismos nuevos quede en sólo 95 gramos de CO2 por kilómetro.

Lógicamente, el reto tecnológico es tremendo para un sector acostumbrado a batallar en términos de prestaciones, confort o seguridad y que debido a las nuevas normativas ha tenido que añadir el consumo y las emisiones como requisitos "sine qua non" a una larga lista de requerimientos de los consumidores. 

En esta difícil guerra por seguir ofreciendo tanto o más que antiguamente pero con emisiones claramente inferiores, el concepto del downsizing ha entrado con fuerza para convertirse en el caballo de batalla más usado para unificar prestaciones y consumo en el mundo de los motores de gasolina.
El concepto del Downsizing consiste en la utilización de las más avanzadas tecnologías para conseguir que, con motores claramente más pequeños en cuanto a cilindrada, se obtengan prestaciones similares y en muchos casos superiores a las que se obtenían antiguamente con mecánicas de mayor tamaño. La mayor dificultad de lo anterior consiste en hacerlo realidad al tiempo que se reducen drásticamente los consumos.
 
Motor bicilíndrico

Para estudiar este concepto recurriremos a vehículos del grupo Renault por haber conseguido constituirse como el líder europeo en bajas emisiones de CO2 durante el 2013, habiendo conseguido además ser el primer grupo automovilístico en conseguir situarse por debajo de 115 gramos de CO2 por kilómetro de media. Ya en el año 2007 Renault mostró al mundo su motor 1.2 TCe, una mecánica de cuatro cilindros y 16 válvulas que, con sólo 1.149 centímetros cúbicos, conseguía una potencia de 100 CV con un par motor de 155 Nm a 3500 rpm y se montó en modelos como el Twingo, el Clio y el Modus, llegando a obtener un consumo de 5,4 litros por cada 100 kilómetros con unas emisiones de 125 gramos de CO2 por kilómetro.  Con cuatro válvulas por cilindro la característica probablemente más identificativa del pequeño TCe era la incorporación de sobrealimentación mediante turbo

El par motor está directamente relacionado con el llenado del motor, de tal modo que cuantos más gases entren en los cilindros mayor será el par y, por tanto, la potencia. El modo lógico y sencillo de conseguir esto es el aumento de cilindrada pero, si en vez de ello recurrimos a un turbo, entonces se consigue que entre más aire a los cilindros gracias a la sobrepresión ejercida por el mismo, de tal modo que se aumenta la potencia. El turbo es el elemento mágico que ha hecho rejuvenecer a los motores de gasolina igual que en su día hizo con los diésel. 
 

 

Pero las verdaderas joyas de la corona en la oferta mecánica de Renault en cuanto a downsizing son los motores 0,9 TCe y 1,2 Tce de 90 y 115 CV respectivamente. El primero de ellos se permite incluso utilizar únicamente tres cilindros, mientras que el control de la inyección, con el uso de inyección directa y de inyectores a alta presión con varios agujeros, ayuda igualmente a la consecución de sus objetivos principales de potencia y prestaciones. El peso, gran enemigo del consumo, se ha reducido con la amplia utilización del aluminio o los árboles de levas aligerados. 

Otras soluciones presentes en los TCe son la bomba de aceite de capacidad variable, con la que se ofrece diferente capacidad de bombeo dependiendo de la temperatura de la mecánica, o el uso de una cadena de distribución de baja fricción para limitar los rozamientos internos. Como elementos incluidos en el equipamiento del vehículo la utilización del start/stop o la regeneración de la energía en la frenada aportan igualmente su grano de arena en esta guerra al consumo que se gana en cada batalla que superan las nuevas tecnologías aplicadas a las mecánicas.
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