Denominación que se atribuye a dos tipos de vehículos empleados en la construcción y conservación de carreteras, para el asfaltado superficial. El primero de ellos consiste en un camión cisterna dotado en su parte posterior de una bomba para la distribución del asfalto líquido y caliente (contenido en la misma cisterna, que dispone también del oportuno quemador) merced a una batería de pulverizadores con desplazamiento manual. El segundo tipo de vehículo está equipado para mezclar, en recipiente idóneo, el asfalto o betún con materiales inertes (gravilla) a fin de obtener un conglomerado homogéneo que pueda extenderse y apisonarse en la carretera para constituir así la capa de protección de rodadura.