Nacido en París en 1863, fue testigo y protagonista del nacimiento del automóvil. Su encuentro con Serpollet fue decisivo. Gracias a una pequeña herencia pudo financiar a su amigo sus primeros experimentos y, además, participó con un triciclo de vapor, llamado precisamente Serpollet, en el aventurado viaje París-Lyon de 1890 (475 km en 14 días). Después de algunos años, abandonado por Serpollet, Archdeacon dirigió su interés a otros campos de la actividad, como hombre de negocios y organizador. Ernest Archdeacon murió en París en 1950.