Metal de color blanco argénteo, que funde a 140 °C y no se altera en el aire a temperatura ordinaria. Se aplica profusamente en la técnica automovilística junto con otros metales, especialmente constituyendo las aleaciones de antifricción; entre ellas las más difundidas, por el bajo costo y la excelente resistencia al rozamiento, son los denominados metales blancos, compuestos hasta por un 17 % de antimonio, junto con estaño y plomo.
También se utiliza en forma de aleación para fabricar las placas de los acumuladores, ya que retrasa la corrosión anódica.