Cada airbag dispone de una unidad de control que define la necesidad o no de inflarse dependiendo del accidente. El umbral de activación de un airbag así como de un pretensor de cinturón es variable, adaptándose a los niveles de deceleración del vehículo. Para medir la necesidad de activación del airbag suelen considerarse los siguientes puntos: distribución de las fuerzas en el accidente, tipo de objeto contra el que se ha impactado, ángulo del vehículo en la colisión, capacidad de deformación de la carrocería del vehículo. De esta manera, existen circunstancias en las que el vehículo puede sufrir una deformación importante en alguno de sus puntos y, sin embargo, no requerir la activación del airbag. Igualmente, una escasa deformación puede requerir, en determinadas ocasiones, la intervención de los airbag.