Sustancia química que se caracteriza por una notable capacidad para combinarse con muchos metales y reaccionar con bases (ej.: sosa o cal) para formar sales. Los ácidos se clasifican en dos grandes categorías: inorgánicos y orgánicos.
Entre los ácidos inorgánicos los más conocidos son el sulfúrico, el nítrico y el clorhídrico. En la fabricación de automóviles estos ácidos pueden emplearse en decapados diversos, avivados de superficies metálicas antes de su soldadura, etc.
El ácido sulfúrico se halla presente en los automóviles como constituyente del electrólito de las baterías. Cuando la batería está cargada, el peso específico dol ácido debe ser de 1,89-1,31 g/cm3, aproximadamente, y cuando desciende por debajo de 1,18 es preciso recargarla.
El ácido sulfúrico es también uno de los productos finales e indeseados de la combustión. En efecto, los combustibles siempre contienen indicios de azufre que, durante la combustión, se combinan con el oxígeno y el agua, la cual también deriva de la combustión, dando como producto final el ácido sulfúrico. La corrosión de los silenciadores se debe a la acción de estos ácidos. Además, la combustión produce anhídrido carbónico y óxidos de nitrógeno que, en presencia de agua, generan ácido.
Algunos derivados de los ácidos orgánicos forman parte de muchas substancias que interesan a los automóviles, como algunas materias plásticas, resinas, pinturas, lubricantes sintéticos a base de esteres, grasas y aditivos.